evento 30 Septiembre 9:00 am

LA FUNDACIÓN IGNACIA: UN SIGLO SEMBRANDO CARIDAD

El próximo 14 de octubre, la Fundación Ignacia conmemorará el centenario de su creación; un siglo de vigencia del legado altruista y de profunda caridad cristiana de su fundadora, doña Ignacia Rodulfo y López Gallo, cuyo espíritu ha guiado a la institución a través de un siglo de vicisitudes, adaptándose a la modernidad y asegurando siempre el apoyo social a los más desvalidos.

La historia de la Fundación es intrínseca a la de su creadora, una mujer visionaria y muy religiosa. Ignacia Rodulfo, una ilustre dama limeña cuya vida transcurrió entre el siglo XIX y principios del XX, destacó por una sensibilidad social admirable en una sociedad donde las oportunidades para las mujeres eran limitadas.

Inspirada por su gran fe católica y su compromiso con los necesitados, rompió con el rol pasivo del asistencialismo de su época y concibió una obra que perduraría más allá de su muerte.

A través de su testamento, suscrito el 9 de abril de 1925, dejó un legado que se materializó en la Fundación Ignacia. Este acto visionario la convierte en pionera, ya que se instituyó, incluso, antes de que existiera un marco legal para este tipo de personas jurídicas en el país, lo que la convierte en la fundación más antigua del Perú.

COMPROMISO SOCIAL

Durante un siglo, la Fundación Ignacia ha mantenido su compromiso de apoyar a poblaciones vulnerables, especialmente de niños y adultos mayores en situación de riesgo.

Su trabajo, discreto pero fundamental, se ha enfocado en brindar apoyo integral a diversas instituciones de caridad. La lista de beneficiarios incluye, entre otros, al Asilo de Ancianos Desamparados en Breña, al Puericultorio Pérez Araníbar, al Albergue Canevaro, así como a los colegios especiales en Barranco y Surco, CEBE 07 “La Inmaculada” y CEBE 09 “San Francisco de Asís”, garantizando que niños con limitaciones auditivas y visuales tengan acceso a una educación de calidad y un futuro digno y de esperanza.

La Fundación provee no solo alimentos y mejoras de infraestructura, sino también programas de salud y asistencia profesional que impactan de manera directa en la calidad de vida de miles de personas.

HISTORIA DE DESAFÍOS

El camino no ha sido fácil. A lo largo de estos cien años, la Fundación ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo la indebida intervención del Estado a través de actos de confiscación y expropiación en el pasado. Sin embargo, la perseverancia de quienes han continuado la misión de doña Ignacia ha logrado consolidar su carácter de entidad privada, fortaleciendo su labor social y su patrimonio.

La Fundación ha evolucionado de un modelo puramente asistencialista a uno que prioriza la promoción de la calidad de vida y el monitoreo riguroso de la inversión social, asegurando que cada entrega y cada esfuerzo se traduzca en un impacto real y positivo.

El legado de Ignacia Rodulfo y López Gallo es un testimonio vivo de que la caridad cristiana no es un acto pasivo, sino una fuerza transformadora y sostenible. La Fundación se ha adaptado a los cambios, como lo demostró durante la pandemia de COVID-19 en el 2020, cuando mantuvo sus programas y proyectos, incluso brindando ayudas extraordinarias con alimentos, medicinas y soporte profesional a las instituciones que apoya.

La próxima conmemoración del centenario de la Fundación Ignacia es una oportunidad para reflexionar sobre la incansable labor de esta institución en favor de los más vulnerables en el Perú y una ocasión más para reafirma su compromiso de seguir trabajando y honrando la visión y la incansable lucha de su fundadora por el bienestar de los más vulnerables, demostrando que la profunda caridad puede trascender el tiempo y las vicisitudes para crear un impacto duradero en la sociedad.