ADULTOS MAYORES DE MÁS DE CIEN AÑOS RECIBEN CUIDADOS DE FUNDACIÓN IGNACIA EN ASILOS
Con ocasión del Día Internacional de las Personas de Edad, que se celebra cada 1 de octubre, la Fundación Ignacia destaca que su labor social de apoyo a los adultos mayores desvalidos tiene un gran impacto en esta población, contribuyendo a que la esperanza de vida de sus beneficiarios se extienda más allá de los cien años, una clara evidencia de su compromiso con su dignidad y bienestar.
Actualmente, la Fundación tiene el orgullo de contar entre sus beneficiarios con dos señoras de 100 y 102 años, lo que constituye un indicativo del alto nivel de cuidado que se brinda en los cinco albergues y asilos apoyo por la institución centenaria.
En total, son cerca de 700 adultos mayores vulnerables los que reciben atención integral en el Albergue Canevaro, los asilos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Breña y el Callao, así como los Hogares de la Paz de la Congregación Misioneras de la Caridad en Lima y el Cusco.
Esta labor de asistencia de la Fundación, que desde hace un siglo cumple la voluntad testamentaria de caridad cristiana de su fundadora, doña Ignacia Rodulfo y López Gallo, viene generando resultados excepcionales en la longevidad y calidad de vida de los albergados
CUATRO PILARES EN ACCIÓN
La ayuda integral y sostenible que brinda la Fundación Ignacia a los adultos mayores se basa en un enfoque proactivo y centrado en la persona mayor, articulado en cuatro componentes interrelacionados que permite que tengan calidad de vida durante su estancia en estos centros.
El primero es el Desarrollo de la Nutrición con el cual se busca optimizar los servicios de alimentación y nutrición de esta población vulnerable mediante la atención oportuna y sostenible de sus necesidades, garantizando la seguridad alimentaria y una dieta equilibrada con los nutrientes esenciales que requieren por su edad. Este apoyo se complementa con la distribución de suplementos.
El segundo componente, Desarrollo de la Salud, se orienta a fortalecer la atención médica especializada, asegurando acceso oportuno y constante de medicamentos e insumos especiales. Un punto importante es la prevención en salud a través de exámenes auxiliares y controles periódicos para detectar o monitorear enfermedades comunes de la edad, como hipertensión o diabetes. Además, se brinda acompañamiento emocional y psicológico para combatir la soledad.
Luego, figura el componente Desarrollo de Capacidades. Apunta a preservar y fortalecer las habilidades y capacidades de las personas mayores, contribuyendo a su bienestar y desarrollo personal mediante talleres de manualidades y oficios ligeros que mantienen activa la mente.
Finalmente, Desarrollo Socioambiental, que busca mejorar las condiciones de habitabilidad, accesibilidad y entorno físico de los centros de albergue, con el objetivo de fortalecer la calidad de vida de los adultos mayores a través de mejoras físicas y sociales.